Notaba como la espuma blanca llegaba hasta mis tobillos...,
a cada golpe de oleaje la notaba más cerca. Allí estaba junto a mi, acariciando
mis pies.... y mi alma.
Paseaba entre nubes de mar, pero con cierto tinte amargo en
mi mirar.
Por más que lo intentaba no era capaz de terminar de arrojar
mi coraza, mi enorme armadura oxidada, llena de miedos y de injustas
decisiones no tomadas por mí... pero que me afectaban de lleno.
Entonces me fijé en ello... estaba ahí, delante de mis
propios ojos... era la espuma de mar, pero profanada por un tinte amarillento
fruto del batir y batir sobre las rocas manchadas de la orilla. “Mi armadura
amarillenta” pensé.
¡Es blanca! grité... y aunque a veces se vuelva amarilla, ¡es
blanca!, no quiere ser amarilla, pero el contacto con la triste y en ocasiones
sucia realidad la vuelve diferente, a veces amarilla, a veces gris y
desgraciadamente en ocasiones negra.
Y ola tras ola, el mar intenta desprenderse de lo que no es
suyo, de lo que no le pertenece... y al final siempre lo consigue. ¿Podré hacer
yo lo mismo? No lo se... pero no hay otras opciones de solución, lo intentaré,
lo intentaré y lo volveré a intentar... lograré desprenderme de lo que oscurece
mi luz, conseguiré soltar el lastre, arrancaré lo que no forme parte de mi
estrella y finalmente ¡será blanca!... mi espuma volverá a ser blanca.
Quiero seguir viendo mi espuma de mar blanca, será decisión
mía acercarme a unos u otros y el color de tinte que pueda salpicarme... por
ello intentaré que en mi vida nadie me haga desaparecer mi espuma blanca, tan
sólo, no me acercaré “demasiado” a quien me lo pudiera ensuciar. ¿Te atreves a hacer lo mismo?
... y cuando tengas la ocasión de estar cerca de las olas,
haz un esfuerzo por escuchar su voz que no es más que tu propia voz. Y en el
fondo escucharás el latir de tu propio corazón... con un rítmico sonido que con
gran esfuerzo te intenta decir...
“A veces va, a
veces viene...
aparece y
desaparece”
Dale tiempo al tiempo y tu espuma volverá a ser tan blanca
como tú. Eso sí, con tu esfuerzo y con
el... ¡otra vez lo intento!
Por eso es bueno recordar que en ocasiones
"ser generoso no es dar mucho... sino dar tiempo"
Sé generoso contigo mismo y tu mismo te lo agradecerás.
© José Manuel Párraga (... de cuentos de mi vida)
http://youtu.be/tHJJYfuy4Ec
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