Por si alguien se perdió un día en el camino... o porque un día sin más y sin saber como... lo perdió... Recuerda..., al final vuelve, al final se encuentra, al final está.
Cuando las cosas tan mal vayan que sin quererlo pasa.
Cuando el camino hacia una cuesta empinada tira.
Cuando tus pasos enlentezcan tu destino.
Cuando tus recursos escaseen y sólo tus “deudas” miras.
Y no sonríes, sino lloras.
Siéntate en el camino, pero no te rindas.
Si tus preocupaciones te asaltan y te aniquilan.
Si no encuentras respuestas a tus preguntas vacías.
Si sí, o si no, o si tal vez, o si dudas de ti algún día.
O si el fracaso llamase a tu puerta o le abrieras a la intriga.
Y no sonríes, sino lloras.
Siéntate en el camino, pero no te rindas.
Fracasar no es caer, es no poderte levantar.
El éxito no es llegar, sino el esfuerzo en el camino.
Y cuando los nubarrones aparezcan déjalos pasar
procurando disfrutar del arco iris del destino.
Y aunque el paso sea lento, impreciso y lento,
recuerda que más allá del triunfo está el ¡otra vez lo intento!.
Por eso, atrévete a luchar sin duda,
porque en verdad, cuando todo se enturbia,
el que es valiente no se rinde,
¡lucha!
De José Manuel Párraga
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