Zoe y el Lago de su Vida
Zoe vivía en un hermoso bosque. Era una niña maravillosa. En
su dulce carita llena de sueños e ilusiones, brillaban unos hermosos ojos
marrones que iluminaban el lugar que habitaba.
En el bosque, como sabéis, no hay espejos, por eso Zoe cada
mañana, iba a peinarse a un lago cercano. Movía con sus manitas el verdín
espeso de la orilla y se pasaba sus delicados dedos por su largo y brillante
pelo castaño.
La imagen que le reflejaba el lago aparecía siempre borrosa
y movida, pero ella, tan niña como era, creía conocerse de memoria y apenas se
fijaba en esos pequeños detalles.
Sin embargo, día tras día, Zoe temblorosa por esa agua
temblorosa, se volvía cada vez más y más tímida, y cada día más y más se
encerraba en sí misma. Empezó a pensar que ese reflejo era su realidad.
Se preguntaba ¿Cómo me verán los demás? Y buscaba respuesta
en los ojos de esos animalitos que la visitaban a menudo (porque Zoe se hacía
querer mucho). Buscaba en los ojos de las ardillas, de los ciervos, de los
enormes tigres, de los pequeños suricatos (ya se... en los bosques no suele haber suricatos, pero
me mola mucho Timón), de los coloridos papagayos..., pero en esos ojos, en esas
pupilas de esos ojos, aparecía sólo un pedacito oscuro de su imagen.
Zoe se decía para sus adentros (que no es lo mismo que
pensar, ¡ehhh!) “Todo fuera de mí puedo conocerlo, el árbol con su tronco
robusto y sus hojas que el viento mueve como al son de una bella canción, a mis
amiguitos del bosque que me visitan o que busco para jugar, e incluso a esa
bella y alta luna lejana en el cielo de las estrellas... pero a mi misma no
puedo verme como soy.
El agua, mis ojos y los ojos de los demás ¡ME MIENTEN! Joooo ¡exclamó Zoe!
Se dio cuenta que su vida era verse todos los días en una
imagen distorsionada, desfigurada, deformada y sobre todo confundida de sí misma.
No era capaz de saber quién era y de cómo era realmente. Y
empezó a perder la ilusión (sabéis que es lo primero que se pierde cuando no
hay ilusión... “la sonrisa”), y dejó de sonreírle a la vida (Sabéis que Zoe
viene del griego y significa "VIDA").
Es decir, dejó de sonreírse a sí misma... Y lloró.
Un buen día, uno de esos días mágicos que nos trae la vida,
Zoe se acercó de nuevo al lago. Era un día soleado, el verdín había
desaparecido y el agua estaba en calma… en ese instante, en ese maravilloso momento,
según aproximaba su carita al agua..., como de la nada apareció una bella niña,
vestida de blanco reluciente (que no ese blanco roto que hay ahora), con una
hermosa melena de color miel y unos
brillantes ojos marrones... Se acercó
lentamente a Zoe. Le sonrió con la mejor de las sonrisas que nunca nadie le
había regalado antes y le susurró “Tú eres como yo, así somos, ninguna otra
criatura puede parecerse a mí, sólo tú, con tu vida, con lo que piensas y con
lo que sientes, aunque a veces tiembles en ese frágil cuerpo. Mírame, ¿Qué
ves?, aquí estamos las dos frente a frente... así de maravillosa es como todos
te ven”.
Zoe se dio cuenta de quién era en realidad... La niña que
soñaba ser.
Moraleja:
¡No remuevas los problemas, afróntalos, pero cuando estés
tranquilo/a y si es necesario busca ayuda…. Nunca pierdas la ilusión. Sueña y
cree siempre en tus sueños. Nunca dejes de sonreírte a ti mismo/a ni a la vida.
Sonríe pues no hay mejor sonrisa que la que sale de tu rostro. Piensa en todo
lo positivo que tienes y grítalo para tus adentros.... pero sobre todo nunca,
pero nunca olvides lo maravillosa/o que eres.
Me ha gustado muchisimo este cuento, y ademas te hace reflexionar mucho.:-)
ResponderEliminarGran escritor y sobretodo gran padre.
ResponderEliminarJaja Jaja. Muchas gracias querido lector. Y sobretodo maravilloso hijo.
ResponderEliminarJaja Jaja. Muchas gracias querido lector. Y sobretodo maravilloso hijo.
ResponderEliminarpues si un gran cuento escrito por el mejor padre del mundo tq
ResponderEliminarTu si que eres GRANDE Jai.
ResponderEliminarLo mas grande del mundo es que seáis mis hijos, sentiros cerca de mi todos los dias, siendo además mi fuente de inspiración, no solo para los cuentos... sino para mi VIDA. Os quieeero