Ponle GABA a tu vida y eso del Gaba no es un grupo de música sueco que cantaba Waterloo... o si. A lo mejor con ABBA todo funciona mejor.
Este neurotransmisor (el Ácido Gamma-Aminobutírico, GABA para sus amigos) es un gran desconocido y os digo que si lo tuviéramos a borbotones seríamos capaces de desconectar de nuestros pensamientos, bueno de los pensamientos que no nos gusten. Claro está. ¡Mamma Mia!...
Si se pudiera mejorar la actividad de GABA dentro del hipocampo, esto podría ayudar a las personas a detener pensamientos intrusivos. En lugar de gritar S.O.S. y salir huyendo. Este hecho, más GABA en nuestra vida, supondría un gran avance para poder algún día incidir de manera más efectiva en trastornos de ansiedad o de estrés postraumático, incluso también en patologías como la depresión o la esquizofrenia. Sería como Dancing Queen pero en versión pop-rock, menos triste...
Llevando estos resultados del laboratorio a la vida del panadero o de los adictos al coaching o al chocolate, cada vez que manifestamos «este pensamiento no me sirve» estamos desviando la atención a otro lugar, privando de interés a la propuesta inútil. Sería un sueño poder hacerlo.
«Creo que le caigo mal» es otro pensamiento inútil ya que nos aleja de la felicidad. Entonces elegimos «no pensar» diciéndonos a nosotros mismos «este pensamiento no me sirve para vivir este momento». En ese momento nuestro cerebro comenzará a secretar GABA como un descosido. Este neurotransmisor se concentrará en el hipocampo (donde está la memoria) para evitar que el mismo pensamiento inútil sea propuesto de nuevo por la corteza cerebral cuando vivimos una situación de vida similar. En consecuencia, la probabilidad de volver a pensar lo mismo disminuye. Puede que con hacerlo una vez no sea suficiente para reeducar el cerebro y dar con el cambio neuronal que esperamos, pero una cosa está clara: el proceso de aprendizaje será equivalente e igual de duro que cuando aprendemos a tocar la guitarra, conducir o a bailar reguetón. No más. ¿Voulez vous...?
Nuestro objetivo no es tener mejores pensamientos, más positivos o mejorar la comunicación, sino dejar de depender totalmente del pensamiento, y este giro consiste en llevar la atención a un lugar diferente... Y generar GABA como animales salvajes que deciden sobre que pensar o sobre que no. Dejaríamos de decirnos Chiquitita dime por qué.
La verdadera inteligencia nada tiene que ver con la capacidad de resolver problemas o conectar conceptos, sino más bien con la capacidad de seleccionar las ideas y los pensamientos más útiles en cada situación de vida. En realidad, cuando tenemos que sintonizar Waterloo en nuestro cerebro y cuando no. Y esta es la decisión más importante y además has de realizarla en todos los momentos de tu vida... en todos. Bueno en todos los que puedas.
A día de hoy se ha podido determinar que la corteza prefrontal situada donde ponemos la mano cuando se nos olvida algo, ¡Ostras los donuts! juega un papel clave en la toma de decisiones. Esta región del cerebro, y en particular, el lóbulo prefrontal derecho, trabaja en el procesamiento de datos necesario para cualquier elección. El hipocampo, con forma de caballito de mar y relacionado con la memoria, también es importante en este tipo de tareas. Ambas regiones cerebrales son las empleadas en los recuerdos y son las mismas que dan lugar a nuestras expectativas, las mismas que "construyen" un futuro que está por construir (te recuerdo una cosita... ¡Cuánto mejor tener un sueño que una expectativa!). ¡I have a dream!...
El futuro en realidad no existe para nuestro cerebro, tan solo emite una proyección del pasado.
Además el hipocampo que emite proyecciones de excitación y de evitación hacia la corteza prefrontal también se conecta directamente con la amígdala (la artista de las emociones con forma de almendra que cabalga sobre el caballito de mar). Por lo que los recuerdos y sus proyecciones "futuristas" generan todas y cada una de las emociones.
En resumen, toma decisiones en base a las ideas que seas capaz de generar tú, en base a tus ilusiones, sueños y esperanzas y no en base a las que genere tu cerebro tirando de recuerdos que vete tú a saber cuáles selecciona (miedos, rencor, odio, tristeza...). Y por otro lado decide con que te quedas de lo que tu cerebro te envía constantemente...de esa decisión depende que desde ahora mismo te sientas mejor.
Súbete en tu caballito de mar, lleva las riendas y disfruta de ti porque no hay nadie que pueda generarte mayor confianza.... que no se te escape de tus manos, que no deslice de entre tus dedos, "Slippin Trough My Fingers"
Como diría ABBA... Dame, dame, dame... más GABA ¡Gimme, Gimme, Gimme!.
¡Ahhh! que se me olvida... Si escuchas estas canciones, o cualquier otra que te saque una sonrisa o un bonito recuerdo… tus pensamientos con toda seguridad van a ser otros. Y con más GABA vivirás mejor.
The end...
Bueno mejor aún os dejo "The last video de ABBA" ...y no sale solo "pica en el enlace", es tu decisión
ATENCIÓN, PENSAMIENTO, EMOCIÓN Y RESULTADO y el Ácido Gamma Amino Butirico (GABA)
Sin atención no hay pensamiento, sin
pensamiento no hay emoción, y sin emoción no hay acción que condicione el
resultado.
¿Realmente somos dueños de nuestros
pensamientos?
Posiblemente solo somos dueños de qué hacer
con ellos cuando llegan o bien donde volcar nuestra atención para conseguir
pensar otras cosas.
¿Y cómo podemos decirle al cerebro que un
pensamiento es útil o no para vivir una situación o abandonarlo para vivir
otra? Aquí es donde entra en juego la atención.
El pensamiento es cosa del cerebro, la
emoción del organismo al completo y la atención… ¡La atención es cosa nuestra!
Ser humano no consiste en cambiar las cosas
que pensamos. Ser humano consiste en decidir si las propuestas neuronales
recibidas de la atención son útiles o no, algo tan simple como decidir si nos
son apropiadas o no.
Lo más impresionante es que el organismo en
su conjunto es un sistema inteligente que va quedándose con la copla de
nuestras elecciones.
Necesitamos reeducar el cerebro. ¿Y esto qué
significa? Significa asumir toda la responsabilidad tanto de nuestras
decisiones sobre lo que atendemos, como de las acciones y los resultados que
vendrán derivados de ello. ¿Por qué?
Porque los resultados dependen de las cosas
que hacemos, y las cosas que hacemos dependen de las cosas que sentimos, y las
cosas que sentimos de aquello que pensamos... Y lo que pensamos deriva de
aquello a lo que le prestamos más atención. Todo está conectado.
Por lo tanto la cuestión más importante de tu
vida es decidir a qué le vas a prestar atención a partir de ahora.
Desde que nacimos, hemos tratado de controlar
las cosas que pensamos o de gestionar nuestras emociones de mil maneras. Esta
actitud nos ha llevado a una rueda de hámster sin final, a un callejón sin
salida, donde los resultados nunca son exactamente los esperados. Esto ocurre
porque al intentar controlar o manejar un pensamiento le estamos prestando
atención. Entonces sentimos una emoción asociada a él y finalmente actuamos.
Cada vez que tratamos de resistirnos, estamos sin darnos cuenta actuando.
Resistirse YA es una acción. En el intento de cambiar, el cerebro interpreta
que ese pensamiento que realmente no queremos nos es útil debido a que lo
estamos usando, y por lo tanto lo propone con más frecuencia. Sin darnos
cuenta… ¡Hemos conseguido el efecto contrario! Cuanto más intentamos cambiar
las cosas que pensamos más presentes se vuelven. Tenemos un problema de
comunicación con nuestro organismo. Nos relacionamos con él de la misma forma
que una pareja en modo bélico o un matrimonio en trámite de separación, donde
cada uno da cosas por supuesto y cada palabra, es mal entendida. ¡Cómo para no
irse a dormir al sofá! La forma natural de comunicarnos en esta situación es
ser honesto, y decirle a nuestro cuerpo «este pensamiento no me sirve para
vivir este momento».
Investigadores de la Unidad de Cognición y
Ciencias del Cerebro de la Universidad de Cambridge (Schmitz et al, 2017)
defienden que las concentraciones de este neurotransmisor (GABA) dentro del hipocampo
–un área fundamental del cerebro involucrada con la memoria- pueden predecir la
capacidad de las personas para bloquear el proceso de recuperación de ciertos
pensamientos y recuerdos. Las conclusiones del estudio, publicado en la revista
Nature Communications, sugieren que si se pudiera mejorar “la actividad de GABA
dentro del hipocampo, esto podría ayudar a las personas a detener pensamientos
intrusivos”. Este hecho supondría un gran avance para poder algún día incidir
de manera más efectiva en trastornos de ansiedad o de estrés postraumático,
incluso también en patologías como la depresión o la esquizofrenia.
Para identificar este mecanismo cerebral que
permite a la corteza prefrontal inhibir con éxito pensamientos indeseados, los
investigadores usaron un procedimiento conocido con el nombre de pensar / no
pensar y que se compone de varias fases. En la primera, los participantes
aprendieron a emparejar una palabra con otra asociada, sin aparente conexión entre
ellas. Por ejemplo, prueba-cucaracha y musgo-norte. En una siguiente fase, se
les pidió que recordaran o suprimieran la palabra asociada en función de si el
vocablo al que estaba vinculada aparecía en color verde o rojo. Así, al
mostrarles, por ejemplo, ‘prueba’ en rojo se les pedía que observaran la
palabra pero que intentaran no recordar el pensamiento asociado, en este caso
‘cucaracha’. Usando una combinación de imágenes de resonancia magnética
funcional (fMRI) y de espectroscopia de resonancia magnética, los científicos
pudieron ver lo que ocurría en las regiones clave del cerebro en el momento que
los participantes del estudio trataban de bloquear pensamientos. La
espectroscopia les permitió medir la química del cerebro, y no sólo la
actividad cerebral, como habitualmente se hace en estudios de imágenes. Y ahí
vieron el importante rol que jugaba el neurotransmisor GABA.
“Mientras investigaciones previas se habían
centrado en la corteza prefrontal, el centro de mando, nosotros hemos
demostrado que esa era una imagen incompleta”, indican los autores. Y utilizan
una metáfora para desarrollar la idea: “Inhibir los pensamientos indeseados es
algo que concierne sobre todo a las células que se encuentran en el hipocampo,
los soldados de infantería que reciben órdenes de la corteza prefrontal. Si los
soldados de un ejército están mal equipados, las órdenes que reciben de sus
comandantes no pueden ser implementadas de manera satisfactoria”.
Los investigadores han detectado incluso que
en la muestra de adultos jóvenes que participaron del estudio, las personas con
menos GABA hipocampal –soldados menos equipados- tenían menos capacidad de
suprimir la actividad del hipocampo a través de la corteza prefrontal y, en
consecuencia, eran mucho menos efectivas a la hora de inhibir pensamientos no
deseados.
Llevando estos resultados del laboratorio a
la vida del panadero o de los adictos al coaching o al chocolate, cada vez que
manifestamos «este pensamiento no me sirve» estamos desviando la atención a
otro lugar, privando de interés a la propuesta inútil. «Creo que le caigo mal»
es un pensamiento inútil ya que nos aleja de la felicidad. Entonces elegimos
«no pensar» diciéndonos a nosotros mismos «este pensamiento no me sirve para
vivir este momento». Nuestro cerebro comenzará a secretar GABA como un
descosido. Este neurotransmisor se concentrará en el hipocampo para evitar que
el mismo pensamiento inútil sea propuesto de nuevo por la corteza cerebral
cuando vivimos una situación de vida similar. En consecuencia, la probabilidad
de volver a pensar lo mismo disminuye. Puede que con hacerlo una vez no sea
suficiente para reeducar el cerebro y dar con el cambio neuronal que esperamos,
pero una cosa está clara: el proceso de aprendizaje será equivalente e igual de
duro que cuando aprendemos a tocar la guitarra, conducir o a bailar reguetón.
No más.
Nuestro objetivo no es tener mejores pensamientos, más positivos o mejorar la comunicación, sino dejar de depender totalmente del pensamiento, y este giro consiste en llevar la atención a un lugar diferente.
Muchos medicamentos interactúan con el GABA y
con los receptores GABA en el cerebro, alterando su función para lograr ciertos
efectos, típicamente: relajación, alivio del dolor, reducción del estrés y la
ansiedad, disminución de la presión arterial y mejora del sueño. Los
barbitúricos, los anestésicos, las benzodiazepinas, los antidepresivos y los
medicamentos anticonvulsivos son algunos de los medicamentos que se dirigen al
GABA.
Una vez entendido esto y en lo posible poder poner en marcha este mecanismo de pensar-no pensar como decisión propia, podemos avanzar a una mejora a través de los siguientes apartados de este capítulo.
La verdadera inteligencia nada tiene que ver
con la capacidad de resolver problemas o conectar conceptos, sino más bien con
la capacidad de seleccionar las ideas más útiles en cada situación de vida que
nos toque vivir.
Y esta es la decisión más importante y además
has de realizarla en todos los momentos de tu vida...en todos.
A día de hoy se ha podido determinar que la
corteza prefrontal (situada donde ponemos la mano cuando se nos olvida algo)
juega un papel clave en la toma de decisiones. Esta región del cerebro, y en
particular, el lóbulo prefrontal derecho, trabaja en el procesamiento de datos
necesario para cualquier elección. El hipocampo, con forma de caballito de mar
y relacionado con la memoria, también es importante en este tipo de tareas.
Ambas regiones cerebrales son las empleadas en los recuerdos y son las mismas
que dan lugar a nuestras expectativas, las mismas que "construyen" un
futuro que está por construir.
El futuro en realidad no existe para nuestro
cerebro, tan solo emite una proyección del pasado.
Además el hipocampo que emite proyecciones de
excitación y de evitación hacia la corteza prefrontal también se conecta
directamente con la amígdala (la artista de las emociones con forma de almendra
que cabalga sobre el caballito de mar). Por lo que los recuerdos y sus
proyecciones "futuristas" generan todas y cada una de las emociones.
En resumen, toma decisiones en base a las
ideas que seas capaz de generar tú, en base a tus ilusiones y esperanzas y no
en base a las que genere tu cerebro tirando de recuerdos que vete tú a saber
cuáles selecciona (miedos, rencor, odio, tristeza...). Y por otro lado decide
con que te quedas de lo que tu cerebro te envía constantemente...de esa
decisión depende que desde ahora mismo te sientas mejor. Súbete en el caballito
de mar, lleva las riendas y disfruta de ti porque no hay nadie que pueda
generarte mayor confianza.
Por José Manuel Párraga Sánchez
metodoiris.parraga@gmail.com
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