30 de diciembre de 2023

Feliz 2024... y será feliz solo si tú haces porque así sea.

 Un año más se cierra pero otro se abre. El calendario del tiempo vivido nos invita a echar un vistazo a lo vivido en el 2023 y a realizar, como siempre, nuestra lista de deseos para el nuevo año.


Lo primero que podemos agradecer es, si estamos leyendo estas palabras pues el estar vivos, que no es poco. Y si este año no te tocó perder a ningún ser querido pues siéntete doblemente agradecido. 


En nuestra lista de agradecimientos tampoco pueden faltar los maravillosos momentos vividos que generalmente, por cotidianos o habituales, los sentimos pequeños o incluso desapercibidos, pero que si algún dia los pierdes se vuelven inmensamente necesarios..., como levantarnos cada día, abrazar a los que queremos, poder vestirnos y salir a trabajar o a dar un paseo, la comida en la mesa, la calidez del sol en tu cara o la brisa fresca de la mañana despeinando tu cabello, jugar con tu perro o tu gato, una conversación con tus hijos o con tus padres, conectar con la naturaleza o el simple hecho de sonreírle a la vida porque aún eres dueño de tus sonrisas.



Se hace necesario en estos días mirarnos a los ojos en el espejo y perdonarnos por todas las veces que no nos hemos tratado bien, por ser tan críticos, duros y exigentes con nosotros mismos. Por no escuchar nuestro interior, nuestro corazón y nuestras emociones que en ocasiones nos gritaban que parásemos marcando un camino que no queríamos seguir lo que provocaba que poco a poco nos desprendiamos de pedazos de nosotros mismos que difícilmente podíamos reconstruir. Perdornarnos por no tratarnos con todo el amor y el reconocimiento que tan desprendidamente ofrecemos a otros. Y por desconectarnos tanto de nosotros mismos que ya no sabemos quienes somos ni qué deseamos.


En este año compartí momentos con corazones rotos y almas que vagaban sin rumbo por el devenir de su malograda vida... Pero tuve la inmensa suerte de ayudarles a encontrar un esbozo de sonrisa que era el inicio de un nuevo viaje con un mejor destino.


Abrazar, conectar con otros y con la naturaleza, ponerse en marcha, sonreír, respirar, respirar, respirar y prestar atención al momento que vives son sin duda el mejor descubrimiento emocional y el punto de partida a una vida mejor, más plena y reconfortante. No tienen efectos adversos pero cuidado que crean adicción.


Deseo que tu lista para el próximo año, no sea de expectativas cuyo cumplimiento dependa de la mágica alineación de los planetas, sino de acciones que tú puedas emprender para que realmente el año y la vida vivida sea diferente. Una vida de ilusión y de sueños puestos en marcha, pues cuando caminas hacia ellos ya los estás empezando a cumplir. 


Deseo que vivas un año con gratitud por cada día vivido y por cada momento que la vida nos regala. Me gustaría desearte que no perdieras a ningún ser querido, pero si esto te sucede, deseo que puedas expresar tus emociones sin miedo, que puedas vaciar tu dolor y encontrar la fortaleza para seguir adelante en su honor y en su recuerdo que hará que siempre esté en tu corazón... que seguro es lo que tu ser querido hubiera deseado.


Te deseo que te des un tiempo para conectarte contigo mismo, y si es necesario, para reinventarte en una versión más amorosa hacia los demás y hacia ti mismo. 


Me gustaría que no reflexiones sobre lo que deseas que te traiga el próximo año, sino sobre lo que tú estás dispuesto a hacer para que al cerrar el próximo año no tengas nada para perdonarte y si mucho para agradecerte.


Feliz 2024... y será feliz solo si tú haces porque así sea. 


¿Qué estás dispuesto a hacer?


José Manuel Párraga Sánchez

19 de diciembre de 2023

Stingerthing, el estrés y "si eso yo ya..."

Un tipo serio, abigarrado y con bigote bien poblado llamado Stingerthing se encontraba atrapado en el "Tren de la Indecisión". Su vida estaba plagada de compromisos y exigencias, que le hacían sentirse abrumado por la carga de responsabilidades. Cada estación del tren representaba una decisión crucial que dejaba sin resolver, acumulando un estrés constante.

Un día, mientras caminaba por las calles congestionadas de la Preocupación, Sting, que es como le llamaban sus amigos, se tropezó con un anciano sabio llamado Zenón. Este anciano, con arrugas en la frente y un brillo especial en la mirada, le dijo: "La verdadera paz no se encuentra en la huida de la tormenta, sino en encontrar la calma en su centro".

Intrigado, Sting siguió a Zenón hasta un tranquilo jardín secreto en medio del caos llamado Solución de Problemas. Allí, Zenón le enseñó a respirar profundamente, a dejar ir las preocupaciones que lo ataban. Descubrió que, a pesar de la tormenta que rugía a su alrededor, podía encontrar un remanso de serenidad en su interior.

La ciudad de Ansiedad, donde vivía Sting, aunque persistente en su tumultuosa existencia, ya no podría esclavizarle más. Se convirtió en un maestro del equilibrio, demostrando que incluso en el corazón del estrés, uno puede encontrar la calma si aprende a bailar con la tormenta en lugar de resistirla.

Con el tiempo, Sting aprendió a equilibrar las demandas del trabajo y las expectativas sociales con momentos de descanso y de cuidarse a si mismo. Descubrió que, al abrazar la pausa, al fomentar la risa y al hacer vital el simple placer de estar presente, podía desafiar al estrés que una vez lo ahogó hasta la extenuación.

El "no me da la vida", que era su guión vital lo transformó en el "si quiero, puedo" aprendiendo a tomar decisiones más sabias. Descubrió que el liderazgo personal era esencial para guiar su propio camino. Transformó el estrés en satisfacción al priorizar, delegar y aprender a decir no.

Descubrió el manejo de "La Brújula del Tiempo", un antiguo y complicado artefacto que le permitiría orientarse en su vida, antes caótica. Decidió abordar su viaje en el tren de la indecisión con determinación, enfrentándose a cada estación... con valentía.

Consiguió llegar al lago de La Toma de Decisiones donde disfrutó navegando con el barco errante de la discusión contenida y donde los aros salvavidas atados a su rabiza le daban una seguridad que nunca antes pudo tener.

En el viaje de su vida logró manejar su estrés y por fin llegó a la estación de la satisfacción personal, donde la calma y el equilibrio le esperaban. Allí ya estaba desde hace tiempo el anciano Zenón que tranquilamente le dijo "Que sepas que ser eres" y si quieres volver a tu ciudad "Ve tú, que si eso yo ya..." 😉



Por José Manuel Párraga Sánchez 

Sting significa "Aguijón"

Thing significa "Cosa"

Stingerthing es el Aguijoneador de las cosas 😃


11 de diciembre de 2023

Pixie y Tyxi y el secreto de la Autoestima


En la vibrante metrópolis de Equilibria, vivía Pixie, una mujer en constante batalla con las demandas de la vida moderna. Un día, enfrentada a la vorágine del estrés, descubrió en el sotano de su casa un antiguo reloj de arena que, según tenía inscrito en su base, poseía el poder de ralentizar el tiempo. Junto al reloj, tan lleno de polvo que se hacía casi indistinguible, se encontraba un libro antiguo que revelaba secretos ancestrales sobre el poder de la respiración consciente. 

Intrigada, Pixie comenzó a utilizar el reloj como una herramienta para marcar pausas en su agitada existencia. Practicando la calma en medio del caos, aprendió a manejar las mareas tumultuosas de sus sentimientos. Siguiendo las indicaciones del libro hallado, observó que con cada respiración lenta, pausada, profunda, tranquila..., se fortalecía su autocontrol. Al focalizarse en el presente, cultivó el desarrollo positivo de su autoestima, hecho que en realidad ya formaba parte de su ser, aprendiendo de esta manera a gestionar el estrés con serenidad. 

Pero en el devenir de su vida seguía habiendo altibajos y en un momento de indecisión emprendió un viaje por el Bosque de la Contradicción donde los árboles más altos que eran los que por otra parte generaban más oscuridad, llegaban a ocultar el camino de su propia realidad. Y decidió buscar claros en el bosque donde sentirse más segura de si misma.

Durante su caminata, Pixie encontró un refugio secreto en las Colinas de la Tranquilidad, donde los vientos del estrés se disipaban. Allí, una anciana llena de sabiduría llamada Sofrosina le enseñó a convertir las presiones diarias en oportunidades para fortalecer su autoestima.

Siguiendo sus consejos, Pixie transformó el estrés en un desafío personal, dejó de verlo como una amenaza y decidió afrontarlo con resiliencia pues sabía que podría salir reforzada de cada situación. Con cada logro, su autoestima se elevaba, y pronto se dió cuenta de que el control sobre sus emociones era la clave para maniobrar por el torbellino de la vida.

Pero por momentos..., aún se veia navegando por un Mar Tormentoso que le condujo hasta la Isla de la Trascendencia donde descubrió un cofre que contenía un tesoro... una pequeña libreta de colores brillantes. Decidió convertirla en su diario personal de Vida. Y le puso un nombre... Tyxi.

Cada vez que las tensiones amenazaban con desbordarla, anotaba en Tyxi sus emociones y trazaba estrategias para afrontarlas. Este simple acto le proporcionó un espacio para reflexionar y ganar perspectiva, fortaleciendo su autocontrol.

Un día, Pixie, enfrentándose a un proyecto desafiante se vio sumergida en un mar de presiones. Recordando las palabras de la anciana Sofrosina, convirtió el estrés en un trampolín para la superación personal. Cada obstáculo, en lugar de derribarla, se convertía en una oportunidad para demostrar su valía.

Con el tiempo, Pixie notó una transformación en su autoestima. Su diario no solo documentaba desafíos, sino también victorias, creando un registro tangible de su crecimiento. Se dio cuenta de que el autocontrol emocional, la gestión del estrés y el cultivo de la autoestima eran faros de luz en el vasto océano del tiempo.


Posdata: ¿Que nombre le vas a poner a tu diario personal de Vida?

Sofrosina (mitología griega) es la personificación de la moderación, la prudencia, el autocontrol y la autoestima

Pixie para la mitología celta es un hada

Por si no lo sabías, Pixie para la mitología celta es un hada. Sofrosina (mitología griega) es la personificación de la moderación, la prudencia, el autocontrol y la autoestima. Y Tychi significa Suerte en Grecia. 

Por José Manuel Párraga Sánchez 

Gestión Emocional 3.0

metodoiris.parraga@gmail.com 


10 de diciembre de 2023

Ponle más GABA a tu vida al ritmo de ABBA

Ponle GABA a tu vida y eso del Gaba no es un grupo de música sueco que cantaba Waterloo... o si.  A lo mejor con ABBA todo funciona mejor.

Este neurotransmisor (el Ácido Gamma-Aminobutírico, GABA para sus amigos) es un gran desconocido y os digo que si lo tuviéramos a borbotones seríamos capaces de desconectar de nuestros pensamientos, bueno de los pensamientos que no nos gusten. Claro está. ¡Mamma Mia!... 

Si se pudiera mejorar la actividad de GABA dentro del hipocampo, esto podría ayudar a las personas a detener pensamientos intrusivos. En lugar de gritar S.O.S. y salir huyendo. Este hecho, más GABA en nuestra vida, supondría un gran avance para poder algún día incidir de manera más efectiva en trastornos de ansiedad o de estrés postraumático, incluso también en patologías como la depresión o la esquizofrenia. Sería como Dancing Queen pero en versión pop-rock, menos triste... 

Llevando estos resultados del laboratorio a la vida del panadero o de los adictos al coaching o al chocolate, cada vez que manifestamos «este pensamiento no me sirve» estamos desviando la atención a otro lugar, privando de interés a la propuesta inútil. Sería un sueño poder hacerlo. 

«Creo que le caigo mal» es otro pensamiento inútil ya que nos aleja de la felicidad. Entonces elegimos «no pensar» diciéndonos a nosotros mismos «este pensamiento no me sirve para vivir este momento». En ese momento nuestro cerebro comenzará a secretar GABA como un descosido. Este neurotransmisor se concentrará en el hipocampo (donde está la memoria) para evitar que el mismo pensamiento inútil sea propuesto de nuevo por la corteza cerebral cuando vivimos una situación de vida similar. En consecuencia, la probabilidad de volver a pensar lo mismo disminuye. Puede que con hacerlo una vez no sea suficiente para reeducar el cerebro y dar con el cambio neuronal que esperamos, pero una cosa está clara: el proceso de aprendizaje será equivalente e igual de duro que cuando aprendemos a tocar la guitarra, conducir o a bailar reguetón. No más. ¿Voulez vous...? 

Nuestro objetivo no es tener mejores pensamientos, más positivos o mejorar la comunicación, sino dejar de depender totalmente del pensamiento, y este giro consiste en llevar la atención a un lugar diferente... Y generar GABA como animales salvajes que deciden sobre que pensar o sobre que no. Dejaríamos de decirnos Chiquitita dime por qué. 

La verdadera inteligencia nada tiene que ver con la capacidad de resolver problemas o conectar conceptos, sino más bien con la capacidad de seleccionar las ideas y los pensamientos más útiles en cada situación de vida. En realidad, cuando tenemos que sintonizar Waterloo en nuestro cerebro y cuando no. Y esta es la decisión más importante y además has de realizarla en todos los momentos de tu vida... en todos.  Bueno en todos los que puedas. 

A día de hoy se ha podido determinar que la corteza prefrontal situada donde ponemos la mano cuando se nos olvida algo, ¡Ostras los donuts! juega un papel clave en la toma de decisiones. Esta región del cerebro, y en particular, el lóbulo prefrontal derecho, trabaja en el procesamiento de datos necesario para cualquier elección. El hipocampo, con forma de caballito de mar y relacionado con la memoria, también es importante en este tipo de tareas. Ambas regiones cerebrales son las empleadas en los recuerdos y son las mismas que dan lugar a nuestras expectativas, las mismas que "construyen" un futuro que está por construir (te recuerdo una cosita... ¡Cuánto mejor tener un sueño que una expectativa!). ¡I have a dream!...

El futuro en realidad no existe para nuestro cerebro, tan solo emite una proyección del pasado. 

Además el hipocampo que emite proyecciones de excitación y de evitación hacia la corteza prefrontal también se conecta directamente con la amígdala (la artista de las emociones con forma de almendra que cabalga sobre el caballito de mar). Por lo que los recuerdos y sus proyecciones "futuristas" generan todas y cada una de las emociones

En resumen, toma decisiones en base a las ideas que seas capaz de generar tú, en base a tus ilusiones, sueños y esperanzas y no en base a las que genere tu cerebro tirando de recuerdos que vete tú a saber cuáles selecciona (miedos, rencor, odio, tristeza...). Y por otro lado decide con que te quedas de lo que tu cerebro te envía constantemente...de esa decisión depende que desde ahora mismo te sientas mejor. 

Súbete en tu caballito de mar, lleva las riendas y disfruta de ti porque no hay nadie que pueda generarte mayor confianza.... que no se te escape de tus manos, que no deslice de entre tus dedos, "Slippin Trough My Fingers"  

Como diría ABBA... Dame, dame, dame... más GABA ¡Gimme, Gimme, Gimme!. 

¡Ahhh! que se me olvida... Si escuchas estas canciones, o cualquier otra que te saque una sonrisa o un bonito recuerdo… tus pensamientos con toda seguridad van a ser otros. Y con más GABA vivirás mejor.

The end... 

Bueno mejor aún os dejo "The last video de ABBA"   ...y no sale solo "pica en el enlace", es tu decisión guiño



ATENCIÓN, PENSAMIENTO,  EMOCIÓN Y RESULTADO y el Ácido Gamma Amino Butirico (GABA)

 

Sin atención no hay pensamiento, sin pensamiento no hay emoción, y sin emoción no hay acción que condicione el resultado.

¿Realmente somos dueños de nuestros pensamientos?

Posiblemente solo somos dueños de qué hacer con ellos cuando llegan o bien donde volcar nuestra atención para conseguir pensar otras cosas.

¿Y cómo podemos decirle al cerebro que un pensamiento es útil o no para vivir una situación o abandonarlo para vivir otra? Aquí es donde entra en juego la atención.

El pensamiento es cosa del cerebro, la emoción del organismo al completo y la atención… ¡La atención es cosa nuestra!

Ser humano no consiste en cambiar las cosas que pensamos. Ser humano consiste en decidir si las propuestas neuronales recibidas de la atención son útiles o no, algo tan simple como decidir si nos son apropiadas o no.

Lo más impresionante es que el organismo en su conjunto es un sistema inteligente que va quedándose con la copla de nuestras elecciones.

Necesitamos reeducar el cerebro. ¿Y esto qué significa? Significa asumir toda la responsabilidad tanto de nuestras decisiones sobre lo que atendemos, como de las acciones y los resultados que vendrán derivados de ello. ¿Por qué?

Porque los resultados dependen de las cosas que hacemos, y las cosas que hacemos dependen de las cosas que sentimos, y las cosas que sentimos de aquello que pensamos... Y lo que pensamos deriva de aquello a lo que le prestamos más atención. Todo está conectado.

Por lo tanto la cuestión más importante de tu vida es decidir a qué le vas a prestar atención a partir de ahora.

Desde que nacimos, hemos tratado de controlar las cosas que pensamos o de gestionar nuestras emociones de mil maneras. Esta actitud nos ha llevado a una rueda de hámster sin final, a un callejón sin salida, donde los resultados nunca son exactamente los esperados. Esto ocurre porque al intentar controlar o manejar un pensamiento le estamos prestando atención. Entonces sentimos una emoción asociada a él y finalmente actuamos. Cada vez que tratamos de resistirnos, estamos sin darnos cuenta actuando. Resistirse YA es una acción. En el intento de cambiar, el cerebro interpreta que ese pensamiento que realmente no queremos nos es útil debido a que lo estamos usando, y por lo tanto lo propone con más frecuencia. Sin darnos cuenta… ¡Hemos conseguido el efecto contrario! Cuanto más intentamos cambiar las cosas que pensamos más presentes se vuelven. Tenemos un problema de comunicación con nuestro organismo. Nos relacionamos con él de la misma forma que una pareja en modo bélico o un matrimonio en trámite de separación, donde cada uno da cosas por supuesto y cada palabra, es mal entendida. ¡Cómo para no irse a dormir al sofá! La forma natural de comunicarnos en esta situación es ser honesto, y decirle a nuestro cuerpo «este pensamiento no me sirve para vivir este momento».

 


Investigadores de la Unidad de Cognición y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Cambridge (Schmitz et al, 2017) defienden que las concentraciones de este neurotransmisor (GABA) dentro del hipocampo –un área fundamental del cerebro involucrada con la memoria- pueden predecir la capacidad de las personas para bloquear el proceso de recuperación de ciertos pensamientos y recuerdos. Las conclusiones del estudio, publicado en la revista Nature Communications, sugieren que si se pudiera mejorar “la actividad de GABA dentro del hipocampo, esto podría ayudar a las personas a detener pensamientos intrusivos”. Este hecho supondría un gran avance para poder algún día incidir de manera más efectiva en trastornos de ansiedad o de estrés postraumático, incluso también en patologías como la depresión o la esquizofrenia.

Para identificar este mecanismo cerebral que permite a la corteza prefrontal inhibir con éxito pensamientos indeseados, los investigadores usaron un procedimiento conocido con el nombre de pensar / no pensar y que se compone de varias fases. En la primera, los participantes aprendieron a emparejar una palabra con otra asociada, sin aparente conexión entre ellas. Por ejemplo, prueba-cucaracha y musgo-norte. En una siguiente fase, se les pidió que recordaran o suprimieran la palabra asociada en función de si el vocablo al que estaba vinculada aparecía en color verde o rojo. Así, al mostrarles, por ejemplo, ‘prueba’ en rojo se les pedía que observaran la palabra pero que intentaran no recordar el pensamiento asociado, en este caso ‘cucaracha’. Usando una combinación de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) y de espectroscopia de resonancia magnética, los científicos pudieron ver lo que ocurría en las regiones clave del cerebro en el momento que los participantes del estudio trataban de bloquear pensamientos. La espectroscopia les permitió medir la química del cerebro, y no sólo la actividad cerebral, como habitualmente se hace en estudios de imágenes. Y ahí vieron el importante rol que jugaba el neurotransmisor GABA.

 

“Mientras investigaciones previas se habían centrado en la corteza prefrontal, el centro de mando, nosotros hemos demostrado que esa era una imagen incompleta”, indican los autores. Y utilizan una metáfora para desarrollar la idea: “Inhibir los pensamientos indeseados es algo que concierne sobre todo a las células que se encuentran en el hipocampo, los soldados de infantería que reciben órdenes de la corteza prefrontal. Si los soldados de un ejército están mal equipados, las órdenes que reciben de sus comandantes no pueden ser implementadas de manera satisfactoria”.

Los investigadores han detectado incluso que en la muestra de adultos jóvenes que participaron del estudio, las personas con menos GABA hipocampal –soldados menos equipados- tenían menos capacidad de suprimir la actividad del hipocampo a través de la corteza prefrontal y, en consecuencia, eran mucho menos efectivas a la hora de inhibir pensamientos no deseados.

 

Llevando estos resultados del laboratorio a la vida del panadero o de los adictos al coaching o al chocolate, cada vez que manifestamos «este pensamiento no me sirve» estamos desviando la atención a otro lugar, privando de interés a la propuesta inútil. «Creo que le caigo mal» es un pensamiento inútil ya que nos aleja de la felicidad. Entonces elegimos «no pensar» diciéndonos a nosotros mismos «este pensamiento no me sirve para vivir este momento». Nuestro cerebro comenzará a secretar GABA como un descosido. Este neurotransmisor se concentrará en el hipocampo para evitar que el mismo pensamiento inútil sea propuesto de nuevo por la corteza cerebral cuando vivimos una situación de vida similar. En consecuencia, la probabilidad de volver a pensar lo mismo disminuye. Puede que con hacerlo una vez no sea suficiente para reeducar el cerebro y dar con el cambio neuronal que esperamos, pero una cosa está clara: el proceso de aprendizaje será equivalente e igual de duro que cuando aprendemos a tocar la guitarra, conducir o a bailar reguetón. No más.

Nuestro objetivo no es tener mejores pensamientos, más positivos o mejorar la comunicación, sino dejar de depender totalmente del pensamiento, y este giro consiste en llevar la atención a un lugar diferente.

Muchos medicamentos interactúan con el GABA y con los receptores GABA en el cerebro, alterando su función para lograr ciertos efectos, típicamente: relajación, alivio del dolor, reducción del estrés y la ansiedad, disminución de la presión arterial y mejora del sueño. Los barbitúricos, los anestésicos, las benzodiazepinas, los antidepresivos y los medicamentos anticonvulsivos son algunos de los medicamentos que se dirigen al GABA.

Una vez entendido esto y en lo posible poder poner en marcha este mecanismo de pensar-no pensar como decisión propia, podemos avanzar a una mejora a través de los siguientes apartados de este capítulo.

La verdadera inteligencia nada tiene que ver con la capacidad de resolver problemas o conectar conceptos, sino más bien con la capacidad de seleccionar las ideas más útiles en cada situación de vida que nos toque vivir.

Y esta es la decisión más importante y además has de realizarla en todos los momentos de tu vida...en todos.

A día de hoy se ha podido determinar que la corteza prefrontal (situada donde ponemos la mano cuando se nos olvida algo) juega un papel clave en la toma de decisiones. Esta región del cerebro, y en particular, el lóbulo prefrontal derecho, trabaja en el procesamiento de datos necesario para cualquier elección. El hipocampo, con forma de caballito de mar y relacionado con la memoria, también es importante en este tipo de tareas. Ambas regiones cerebrales son las empleadas en los recuerdos y son las mismas que dan lugar a nuestras expectativas, las mismas que "construyen" un futuro que está por construir.

El futuro en realidad no existe para nuestro cerebro, tan solo emite una proyección del pasado.

Además el hipocampo que emite proyecciones de excitación y de evitación hacia la corteza prefrontal también se conecta directamente con la amígdala (la artista de las emociones con forma de almendra que cabalga sobre el caballito de mar). Por lo que los recuerdos y sus proyecciones "futuristas" generan todas y cada una de las emociones.

En resumen, toma decisiones en base a las ideas que seas capaz de generar tú, en base a tus ilusiones y esperanzas y no en base a las que genere tu cerebro tirando de recuerdos que vete tú a saber cuáles selecciona (miedos, rencor, odio, tristeza...). Y por otro lado decide con que te quedas de lo que tu cerebro te envía constantemente...de esa decisión depende que desde ahora mismo te sientas mejor. Súbete en el caballito de mar, lleva las riendas y disfruta de ti porque no hay nadie que pueda generarte mayor confianza.


Por José Manuel Párraga Sánchez

metodoiris.parraga@gmail.com


2 de diciembre de 2023

No se trata de lo que veas, sino de lo que tus ojos quieran mirar

 Te confieso que casi nada ha salido como lo había imaginado hace 25 años. 


Lo que parecía mi tranquilidad se convirtió en un infierno, lo que me daba estabilidad cambió de rumbo, lo que me mantenía en equilibrio se me esfumó de entre las manos.


Por el camino que dije que nunca iría construí una autopista..., las escaleras que otros subían y pensé que no eran para mi, acabé subiéndolas de dos en dos..., esas cuestas empinadas de corazones rotos también fueron para mi y se convirtieron en montañas inalcanzables. 


He tenido "amigos" con los que ahora ya no me une nada y "los de verdad" descubrí que seguían a mi lado. Por el camino he encontrado personas maravillosas con las que hace años no hubiera compartido ni un café y con las que ahora comparto viaje. 


He peleado por "causas perdidas" hasta la extenuación, batallas en las que ahora no invertiría ni un minuto de mi tiempo y he encontrado el sentido de mi vida en "causas ganadas" que hace años eran desconocidas para mi. 

Unos ángeles se fueron pero dejaron a otro ángel a mi lado.

En estos 25 años también han ido apareciendo príncipes que se han hecho "hombres buenos" y una princesa que "simplemente" me dio la vida y su corazón. 


Estos años me enseñaron que no hay que pasar página, sino cambiar de libro y de cuaderno para así empezar a leer, escribir y dibujar algo nuevo con un nuevo pincel.


Es momento de amarnos más y de sentirnos mejor a pesar de nuestras cicatrices... y es momento de saltar muros, de construir puentes, de comenzar nuevos viajes y de andar por nuevos caminos. Pero sobre todo es la hora de bailar con la vida.


En estos 25 años descubrí que las preocupaciones no me quitarán el dolor, ni la pena del "mañana", solo destruirán la alegria de mi "hoy".


"Hoy" es el momento de dejar lo malo atrás y de buscar lo que nos traiga calma. 


Cierra los ojos y siente tu corazón. Respira, respira con calma. Hazlo ahora. Unos segundos. 

Hazlo. Por fi...

Has abierto los ojos y es el momento de decirte dos cosas que aprendí en estos años. La primera, "No se trata de lo que veas, sino de lo que tus ojos quieran mirar", y la más importante "Te quiero".

Por José Manuel Párraga Sanchez

metodoiris.parraga@gmail.com

30 de noviembre de 2023

La Regla de los 3 segundos o cómo cambiar tu vida en 3 segundos

Y si pudieras cambiar tu vida o tu destino en sólo 3 segundos... O cómo en sólo 3 segundos puedes pasar del "No puedo" a "Lo voy a conseguir".


Lo que creemos de las cosas que nos pasan o de los estímulos que recibimos, incluidas nuestras denodadas opiniones acerca de política, de economía o de relaciones de pareja son una sensación añadida por el cerebro y no una realidad. 
Si nuestras creencias estuvieran generadas por la realidad, todas las personas deberíamos compartir la misma opinión acerca de la economía o de si fue o no penalti. Sin embargo, no sucede así porque el cerebro de cada hombre y mujer transforma todo aquello que ve para que la vida tenga sentido para él y no para su vecino o para su suegra, dando lugar a tantos puntos de vista como individuos existen en la faz de la tierra. 

En la percepción está la clave de la realidad, bueno la clave individualizada de la realidad de cada uno. 

Este proceso de percepción se construye en cuatro etapas:

1. Traducimos los estímulos internos y externos a un lenguaje de señales  electroquímicas que el cerebro pueda entender, algo de lo que se encargan especialmente las neuronas y aquello que llamamos sentidos.
2. Analizamos esos estímulos a través de la corteza cerebral (un espacio de un grosor de poco menos que la mitad de un grano de arroz que llevamos debajo del cráneo y en donde dispuestas en 6 capas, como batallones de soldados, se encuentran más de 15 millones de neuronas), tras analizar seleccionamos lo más interesante, claro está lo más interesante para cada uno de nosotros.
3.  Asociamos todos esos estímulos a una imagen mental que procede de la memoria y en ese momento le damos un significado a las percepciones y todo esto lo hacemos de manera insconsciente (ojo al dato).
4. Integramos toda esa información para obtener una percepción continua de la realidad que es a lo que llamamos Presente. 

En 2016, Ernst Pöppel y Bao (este no es un pan chino) encontraron un patrón de 3 segundos para todas y cada una de las actividades que realicemos independientemente de como seamos, ya sea percepción auditiva, de visión, de memoria, del habla, del control del movimiento… El cerebro genera una “realidad” en ventanas de 3 segundos de duración y genera el Presente a partir de esa ingente información objetiva que llamamos realidad y de la que se sabe que solo llegamos a percibir no más del 0,01% de toda ella. [Pöppel, E. y Y. Bao, Subjective Time: The Philosophy, Psychology, and Neuroscience of Temporality, 2016: The MIT Press.]
 
Podemos decir que segmentamos la información en ventanas de tres segundos, la clasificamos, asociamos y alteramos en base a experiencias pasadas, integrándola para dar lugar a un continuo que conocemos como presente. 

Percibimos la realidad en porciones de tiempo, de forma segmentada, dividiendo cualquier experiencia en ventanas de tres segundos. En este período, el organismo traduce los estímulos al lenguaje cerebral, analiza sus características básicas, se queda con lo novedoso e interesante, le da un significado, integra la ventana actual con la anterior gracias a la memoria para ofrecer la sensación de continuidad y proyecta el resultado en la ínsula (y no la Barataria de Sancho Panza, sino la cerebral) para tomar conciencia de que somos nosotros quienes vivimos esto y no mi tía la del pueblo.

Esto es vital, si vital, porque hace posible que cada tres segundos exista la posibilidad de modificar cualquier aspecto de la realidad que percibimos. ¿Cómo? ¿Aunque llevemos 28 años haciendo lo mismo? Sí. Neurológicamente hablando, el cerebro es capaz de dar por acabada una costumbre en tan solo tres segundos, con un buen gancho de izquierda sobre el mentón. 


Un ejemplo… pasamos al lado de una pastelería y durante 3 segundos nos fijamos en ese maravilloso donuts de chocolate y nos sentimos tremendamente atraídos por él. Después dejamos de verlo, desaparece, de nuestra atención. Es decir, lo hemos visto, hasta lo hemos olido gracias al aroma delicioso que venia de dentro de la pastelería e incluso nuestras tripas han gritado de placer… después se ha esfumado. En ese corto espacio de tiempo ha acaparado nuestra ventana del presente y el organismo ha generado una percepción coherente de la realidad, ruidos en el estómago incluidos, basándose en la información recibida por los sentidos. 

Sigamos un razonamiento lógico. Justo cuando el donuts desaparece de nuestra "ventana" deberíamos pasar a experimentar otra cosa distinta de manera inmediata, una nueva realidad basada exclusivamente en la información actual de los sentidos. Sin embargo, esto no ocurre así en la práctica porque, aunque el presente sea un navegador web que se refresca cada tres segundos, seguimos pensando en ese donuts durante más tiempo. A esa persistencia se la conoce como memoria, y es vital para la construcción de un presente apetecible. Digo bien “apetecible”, apetecible para cada uno, de la manera más egoísta que te pudieras imaginar.

La memoria a corto plazo es la encargada de suavizar esa transición entre ventanas haciendo de la percepción algo gradual, un flujo, algo continuo.

En realidad, se trata de una transición tan obvia para el cerebro como la que hacemos al pasar de una cadena de tv a otra, pero sin ella el presente solo sería una sucesión de saltos sensoriales y emocionales bruscos poco apetecibles. La duración de esta transición es proporcional al tiempo que nuestra atención sigue puesta en ese donuts de chocolate o en cualquier otra cosa o estímulo. Al poner la atención en él, estamos diciéndole al organismo que queremos seguir pensando en ese donuts que ya no existe. ¿Y qué acostumbra a hacer cualquier organismo en ausencia de información? Pues se la inventa. Primero alarga la duración de la transición y después genera la percepción de la realidad apoyándose en la información procedente de la memoria. 

A fin de cuentas, es un apaño similar al desaguisado que el cerebro encuentra a la hora de construir la visión. Si no lo sabéis, el ojo es incapaz de enviar información de cualquier escena al cerebro puesto que no existen células capaces de transformar la luz en impulsos eléctricos, solo los transforma en impulsos nerviosos (estamos en manos de lo que interprete nuestro nervio óptico). El resultado es un punto ciego (es el lugar en el que tu cerebro, y no tú, decide que información poner ahí). Para arreglar este desaguisado, recordemos que el cerebro echa un vistazo a la información de las células vecinas, da por supuesto que la información en el punto ciego será parecida, y se inventa lo necesario. 
En el caso de la memoria el organismo hace algo similar. El cerebro da por supuesto que las ventanas sucesivas del presente serán parecidas a sus predecesoras y genera una ilusión, demostrando que la veracidad no es importante para él. 
Durante el tiempo que la memoria llena de ilusiones la ventana del presente, el cerebro intercambia la información de los sentidos por una imaginación, por una imagen mental. Esta imagen mental hace que las personas vivamos constantemente nuestra interpretación individual de la realidad. En cierto modo vivimos en el mundo de ficción que queremos vivir. Sea bueno o malo para nosotros. 

Aunque una experiencia pueda perdurar en el presente gracias a la memoria, no significa que la experiencia esté ocurriendo realmente. De hecho, solo tenemos la capacidad de recordar las cosas que pensamos y sentimos, no los hechos. 

Desde un punto de vista científico, los seres humanos tenemos la posibilidad de transformar cualquier aspecto de nuestra vida en un instante, cada tres segundos, pero no la vemos porque pensamos que la memoria, la persistencia en el presente de una información que no existe, es real. Darse cuenta de esto puede ayudar a muchas personas a reconectarse conscientemente con el proceso inteligente de la vida. Envasemos esta idea en una nueva premisa para llevarla en el bolsillo durante el día a día: «cada tres segundos existe la oportunidad de transformar la realidad que percibimos». 

La regla de los tres segundos no es algo místico o espiritual, proviene de la naturaleza misma del organismo. Tomar conciencia de ella nos permite convertir la percepción de la realidad (algo automático hasta ahora) en una elección consciente, devolviéndonos la libertad y el poder de decidir instante tras instante. 

Al final te diste la vuelta, entraste en la pastelería, compraste el Donuts y la realidad de ese momento fue otra... Estaba duro como una piedra. guiño

29 de noviembre de 2023

Luna y Nico en la Ciudad de Entrelazados

En la encantadora Ciudad de Entrelazados, donde las risas de los niños se mezclaban con el encanto eterno de la naturaleza, vivían dos amigos curiosos, Luna y Nico. 

Un día, decidieron aventurarse al Parque de la Comprensión, un lugar especial donde la amistad se fortalecía. 
Mientras jugaban en el parque, notaron destellos mágicos que tejían hilos invisibles entre ellos. Era la Red de Sincronía, que convertía sus risas y juegos en conexiones mágicas. Luna y Nico se dieron cuenta de que, cuando compartían sus sueños y escuchaban los del otro, la red brillaba aún más.

Un día, mientras paseaban, encontraron el Río de los Conflictos y sabian que era tremendamente peligroso pues les dijeron que muchos antes se habían ahogado en él por querer cruzarlo nadando. 

Caminando por la orilla llegaron al Puente de la Comunicación y sabían que antes o después debían cruzar el río de los Conflictos pues al otro lado de la orilla se encontrarían con un mundo lleno de aventuras. 
Al cruzarlo, se toparon con un jardín encantado llamado el Jardín de la Reflexión. Entre flores brillantes, descubrieron que hablar abierta y honestamente era como regar las semillas de la comprensión y que escuchando con sumo interés se regaban las semillas de la empatía. Pero lo más importante que aprendieron en ese jardín fue que sólo hay que pedir a cada uno lo que cada uno pueda dar.



A las afueras de la ciudad, bajo la sombra del majestuoso Árbol de los Recuerdos, Luna y Nico compartieron momentos especiales que querían recordar para siempre. Colgaron en una de sus ramas una hoja con un dibujo que reflejaba su amistad, prometiendo que, aunque crecieran, su vínculo seguiría siendo tan fuerte como las ramas de ese poderoso árbol.

A medida que Luna y Nico exploraban el Bosque de la Vida, aprendieron que la comunicación era mucho más que decir palabras; era un abrazo de sonrisas y la melodía de unas risas compartidas. Descubrieron que, cuando surgían conflictos, el Jardín de la Reflexión les ofrecía un espacio para resolverlos y aprender juntos. Y cruzando puentes los podrían atravesar sin peligros. 

La Red de Sincronía guió cada paso de Luna y Nico, haciendo que su amistad brillara como una estrella en el cielo nocturno de la Ciudad de Entrelazados. 

En este lugar mágico, donde la comunicación y la comprensión eran como puentes, parques y jardines, Luna y Nico descubrieron que las amistades verdaderas eran tesoros que se cultivan con "amor" y se riegan con "sumo cuidado". 

Y así, bajo la sombra del Árbol de los Recuerdos, juraron ser amigos para siempre, recordando que la magia de esa Ciudad residía en el arte de conectarse con el corazón.

Por José Manuel Párraga Sánchez 

23 de noviembre de 2023

El espejo de la Motivación

En el tranquilo pueblo de Valientes, vivía Mariajuana, una mujer llena de sueños pero atrapada en las garras del miedo. 

Un buen día se cruzó en su camino un misterioso hombre que percibió en los ojos de la joven una lucha interna, y sin mediar palabra se acercó a ella y le entregó una caja misteriosa.

¿Qué hay en esta caja?", preguntó con curiosidad.

"Es la llave para liberarte del miedo y encontrar la confianza que yace en tu interior", le respondió con una sonrisa sabia.

Mariajuana abrió la caja y encontró un espejo. Lo miró detenidamente y sin embargo, este no reflejaba su apariencia física, sino sus miedos más profundos. Con respeto pero a la vez con valentía, visualizó cada imagen que le atormentaba: el miedo al fracaso, al rechazo, y a no ser suficiente, entre otros muchos.

Guiada por sus instintos más recónditos emprendió un viaje hacia el Monte de los Desafíos. Allí, se enfrentó a sus temores uno por uno. Y cada vez que superaba un obstáculo, su confianza crecía como un sol radiante en el horizonte del amanecer.

En la Cueva de la Determinación, descubrió que la clave para vencer el miedo era la motivación que nacía en su interior, la que conduce al aprendizaje y a la autoestima. Con cada paso, aprendió a confiar en su capacidad para enfrentarse a cualquier adversidad.

El faro de los Sueños, que a lo lejos pudo divisar y que nunca antes había aparecido en su vida, iluminó su camino hacia "alguna parte" y en alguna parte se pudo dar cuenta que "cualquier parte" la motivaba a seguir caminando y disfrutando a cada paso porque el faro allí seguía estando al frente de su mirada.

Su vida se convirtió en un lugar donde la confianza florecía y aún sabiendo que la cadena del miedo es inevitable, aprendió que la verdadera valentía radicaba en enfrentarse a él y transformarlo en fuente de motivación. 

Tan solo tenía que volver a mirarse en el
espejo que un día aquel buen hombre le regaló.

Por José Manuel Párraga Sánchez 


16 de noviembre de 2023

Lamentino y la Salud Emocional

Lamentino era un hombre que vivía en la bulliciosa ciudad de Intranquilidad. Aunque aparentaba entereza ante los demás, su interior era un laberinto de emociones sin resolver. Un día, mientras paseaba por el parque de Reflexión, conoció a una anciana sabia llamada Clara.

Clara, con ojos llenos de experiencia, notó la pesada carga emocional que Lamentino llevaba consigo. Le habló sobre la importancia de cuidar la salud emocional, un tesoro, sin duda, más valioso que el oro. Le contó sobre su propia travesía hacia el equilibrio interior y cómo el haber aprendido a reconocer y expresar sus emociones le había brindado esa paz tan deseada.


Intrigado, Lamentino decidió emprender su propio viaje hacia la salud emocional.

 Visitó la colina de Autoconocimiento, donde descubrió emociones enterradas y las aceptó con mucha valentía. 

En el lago de Comunicación, aprendió a expresar sus sentimientos sin temor, construyendo puentes emocionales con los demás. Y paseando por el mar del Amor descubrió los más bellos momentos que nunca hubiera imaginado poder vivir.

En el bosque de Resiliencia, Lamentino se enfrentó a desafíos que fortalecieron su capacidad para superar adversidades. 

Y en la pradera de Gratitud, cultivó la apreciación por las pequeñas alegrías de la vida.

Con el tiempo, transformó su laberinto emocional en un jardín floreciente. Comprendió que la salud emocional no trata de apreciar solo las emociones positivas y de eliminar las negativas, sino de gestionarlas todas ellas con compasión y sabiduría.

Así, en la ciudad de Intranquilidad, la historia de Lamentino se convirtió en el mejor recordatorio de que cuidar la salud emocional es un viaje valioso y necesario para vivir una vida plena. De hecho el alcalde de la ciudad decidió con un apoyo unánime cambiarle el nombre. Ahora la ciudad se llama Serena. 

Lamentino, tras pasar por el Registro Civil, se cambió el nombre. Y para siempre ha pasado a llamarse... Amable. 

Por José Manuel Párraga Sánchez 


13 de noviembre de 2023

Relato breve. "La más poderosa de las Palabras"

 Allí estaba..., muy cerquita de mi, casi rozándome, pero otra vez me atreví a evitarla. Eran meses con las mismas lágrimas, con el mismo dolor, con la misma pena, con el mismo abandono, con la misma tristeza. Solía pensar que la peor cosa en la vida era terminar solo, pero no lo es. Lo peor de la vida es terminar con alguien que te hace sentir solo.

No pude reprimirme y apuré el último sorbo de café. Quería desprenderme de ella y soltarla porque me di cuenta que evitarla no tenía sentido.

Y un pensamiento cobraba fuerza en mi interior ¿Por qué evitas lo que puedes afrontar? ¡Afróntalo! Yo ya lo hice, acabé con ella, maldita, inútil, vete y no vuelvas y si vuelves me encontrarás preparado. ¡Largo Tristeza!

Cogiéndome la mano mi madre me dijo: “Hijo, si algún día recibes una invitación de la Tristeza llamando a tu puerta, dile que ya estás comprometido con la Alegría. No la ofusques porque es muy cabezona, tan sólo acompáñala hasta que se pierda en el horizonte, hasta que desaparezca en el tiempo. Y sobre todo hazlo aun cuando Alegría todavía no haya llegado. Eso si, deja las ventanas abiertas para cuando llegue. Alegría no es de golpear las puertas sino que entrará susurrando por las ventanas, como la brisa, como los rayos del sol, como la luz de luna llena. Y no la encierres, no la pongas cadenas, no le gusta. Si Alegría no es libre de hacer lo que quiera, volverá la Tristeza. ¡Ah! Ni se te ocurra ir a buscar a Alegría, nunca la encontrarás, ella te encontrará a ti, tan sólo deja abierta una ventana, por pequeña que sea”.

Mamá ya no está.

En ese momento se agolpaban en mi mente recuerdos de mi infancia. Y retumbaban en mi cerebro conjuntos de sílabas, a veces sin sentido que hacían de mi vida un infierno.

Y de pronto apareció ella, la palabra adecuada. ¿La haría caso? ¿la haría desaparecer en cuanto la viera? ¿la recordaría para siempre? o ¿la utilizaría en estos momentos de necesidad? No se, no se. Si lo supiera lo sabría. “¡Qué pedazo de perogrullada!” me dije a mi mismo intentando esbozar una mueca a modo de sonrisa fingida.

¡Déjate de frasecitas! exclamé en alto.

Afortunadamente no se me iba de la cabeza. Esa palabra que siempre aparecía en los peores momentos allí estaba de nuevo. No quería olvidarla tan solo recordarla y tenerla siempre presente, porque un día les escuché hablar, y en ello el Recuerdo le preguntó al Olvido… ¿A dónde vas? Pero claro no obtuvo respuesta. No porque fuera sordo, sino porque no le interesa. El Olvido nunca sabe dónde va, ni de dónde viene. Es más… por no ser, ni es y nunca llegará a ser. Sin embargo, el Recuerdo siempre intenta saber el porqué de las cosas. Es preguntón hasta el no va más. ¿Y le sirve de algo? ¡En absoluto!, porque a veces, las respuestas son más dolorosas que las dudas. Y las dudas, dudas son, sólo son dudas. ¿Pero cuántas veces puede uno llegar a hacerse daño con aquello que debió haber olvidado? Se preguntaba el Recuerdo. No me pude reprimir en ese momento y les espeté: “No te conformes con el olvido del recuerdo, ni con el recuerdo del olvido. Ni recuerdo, ni olvido. Porque yo olvido que he olvidado, que recordar me duele”.

Besándome en la frente mi padre me dijo: “Hijo, nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces, ni alcanza la meta con un sólo intento, ni llega a la otra orilla sin haber construido puentes. Frente al abismo lo único que queda es aprender a volar, o volver por donde has venido que puede ser incluso más fácil, ¿no crees? No temas a volver por los mismos pasos ya que no existe ningún camino incorrecto, porque el camino correcto se hace al caminar y el camino incorrecto es aquel que nunca se anduvo”.

Papá ya no está.

Pero dejé de sentirme solo, a pesar de estar solo, una vez que esa palabra volvió a formar parte de mi vida. Y desde ese momento pude empezar a pintar un mundo de colores nuevos, pinté de colores mis sueños, sueños de esperanza, sueños sin complejos, sueños en una paleta con el pincel del cielo, del cielo de mis sueños, del sueño de mi cielo.

Esa palabra que hace que aproveche todo lo bueno que me trae la vida pero que también es un antídoto de la pena, la angustia, el dolor, la tristeza o la soledad. En los malos momentos no olvidarla me llena de alivio y me reconforta porque me hace recordar que todo tiene un fin y un final, y cuando camino por senderos felices me hace prudente porque sabré que estos tampoco serán eternos y les sacaré el mayor provecho.

Y finalmente me dormí…

...Dormí para soñar y soñé nuevos sueños. Sueños de bosques encantados, de hadas y de pequeños encantadores seres. Sueños de futuro y de presentes inciertos. Sueños compartidos y sueños en soledad. Busqué mi estrella en las noches sin luna..., en esas oscuras noches estrelladas..., en las únicas noches en las que ves las estrellas fugaces, en las únicas noches en las que puedes pedir un deseo, en las únicas noches en las que tus sueños…, se hacen realidad.

Y me preguntarás ¿Cuál es esa palabra tan poderosa?

La más poderosa de las palabras sin duda es… ¡Pasará!

7 de noviembre de 2023

La vida no es más que una hermosa aventura que acaba de comenzar

Había una vez una joven llamada María, cuyo corazón estaba envuelto en una densa niebla de tristeza. Cada día se despertaba sintiendo el peso abrumador de la desesperanza y la falta de propósito. Sus ojos reflejaban un anhelo profundo por algo que aún no podía definir y que le consumía por dentro.

Un día, mientras caminaba por un parque sombrío, María se encontró con un amable anciano que le ofreció una cálida sonrisa. El anciano acercándose lentamente le dijo a María: "La vida es como un libro en el que cada página ofrece una nueva oportunidad para descubrir la belleza oculta dentro de ti".

Confundida, María miró al anciano con curiosidad y le preguntó cómo podría encontrar esa belleza cuando todo a su alrededor parecía oscuro y sin esperanza. El anciano le respondió suavemente: "Tu historia no ha hecho más que comenzar, y cada día es una oportunidad para escribir un capítulo nuevo y emocionante".


Inspirada por las palabras del anciano, María decidió abrir su corazón a las posibilidades que el mundo le ofrecía. Con cada amanecer, recordaba las palabras del anciano y se comprometía a buscar pequeñas alegrías en su rutina diaria.

Poco a poco, María descubrió la belleza de un atardecer pintado en tonos cálidos y la melodía suave de la lluvia acariciando el suelo. A medida que se sumergía en la maravilla de la naturaleza, comenzó a apreciar la magia de los momentos simples que antes había pasado por alto, el baile de las hojas, el dulce canto de un pájaro o el aleteo incansable de una mariposa. Probó a sonreír a los niños con los que se cruzaba y aprendió de esas pequeñas maravillosas sonrisas. Descubrió que una taza de café o su infusión favorita era mucho más que agua caliente pasando a ser uno de los mejores momentos de cada día. Y se dió cuenta que todos los días podría tomar café... Y pasear por la vida. 

Con el tiempo, María se convenció de que la vida no era una carga pesada e insuperable, sino una hermosa aventura llena de oportunidades para encontrar la felicidad en los detalles más pequeños. Cada día, recordaba las palabras del anciano y se animaba a sí misma con la idea de que su historia aún estaba siendo escrita, con innumerables páginas por llenar y descubrir.


Quiso regresar al lugar donde aquel anciano se le acercó para preguntarle su nombre pero... no le volvió a ver. Aún así cada vez que le recuerda le llama Corazón. 


Por José Manuel Párraga Sánchez

"Cuentos de mi vida"

4 de noviembre de 2023

Te diría...

En estos tiempos difíciles (¿cuáles no lo son?) se me ocurre abrir los ojos y levantar la voz .. bueno escribir con "este boli digital de redes sociales" donde me pueda hacer oír. Y no tiembles no hablaré de política, no es para nada lo más importante en el discurrir y discernir de nuestras vidas.


Por eso...

Te diría que pienses en las cosas que van bien cuando te enfrentes a una crisis de esas que sin duda llegan y que vivas como si te quedaran un par de días o tres. 

Te diría que no olvides de tomarte tiempo para pensar, comunicarte y compartir las cosas que te gustaría cambiar para cumplir tus objetivos, ese es el primer paso para conseguirlos.

Te diría que cuando la vida te arrastre hacia abajo, y te hundas, puedes darle una patada al fondo y volver a la superficie y respirar nuevamente. Muchos antes que tú ya lo hicieron.

Te diría que esfuérzate en encontrar la alegría y el significado a todo reto al que debas enfrentarte y no lo tomes nunca como una amenaza. Dado que cada vez te enfrentarás a adversidades más profundas: un trabajo que no va bien, una enfermedad o un accidente que cambiará todo en un instante, la pregunta por tanto, no es si alguna de esas cosas te sucederán. Lo harán. 

Te diría que son los días difíciles, los que te desafían y retan tu existencia pero sobre todo serán los que definirán quien eres. No es lo que logres, sino cómo sobrevivas a ello.

Te diría que las semillas de la resiliencia son plantadas en la medida en que procesamos los acontecimientos negativos de nuestra vida. Sin ese procesamiento no hay avance, ni recuperación, ni valentía. 

Te diría que puedes llegar a desear "Esto", pero obtendrás "Aquello" y tampoco estará tan mal. Y que no tomes los errores del pasado de manera personal, no te culpabilices, pero asume la responsabilidad para hacer los cambios necesarios para que no se repitan. Somos monos pero no burros. 

Te diría que no dejes que la tragedia penetre en tu vida de tal forma que te consuma. Y que evites creer que el dolor durará para siempre. Acepta tus sentimientos, pero reconoce que no son eternos. Ni los buenos, ni los malos. 

Te diría que la gratitud y el reconocimiento a los demás son claves para crear resiliencia. Las personas que se toman tiempo para hacer una lista de las cosas por las que pueden estar agradecidos son más felices y se encuentran más saludables. ¿Por qué no lo haces? Agradece por cada respiro, por el regalo de la vida. Celebra cada instante. Enfócate en cada momento de alegría, presta atención a eso que está pasando y te puede sacar una sonrisa.

Te diría que estás obligado a celebrar cada triunfo por pequeñito que sea y que puedes ayudar a otros a levantarse y eso sin duda te hará a ti no solo ponerte en pie sino volar.

Y finalmente te diría que somos más vulnerables de lo que hemos pensado, pero más fuertes de lo que nunca jamás hubiéramos imaginado.


Te espero en mis Seminarios Terapéuticos. Ya somos muchos los inscritos pero no quiero que te quedes fuera...

Te diría...

Inscríbete https://forms.gle/9TYHi8tcDMuQXzru8

Lugar de celebración Salón de Actos del Centro Asociado de la UNED de Plasencia. Días 16, 22 y 29 de noviembre , 13 y 20 de diciembre. Puedes asistir a uno o a todos. De ti depende. 



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